jueves, octubre 01, 2009

Día 2: Kyoto

Día 1: Kyoto
Kyoto es una bella ciudad. En muchas partes tiene mucho de pueblo, con buses pasando por callecitas estrechas que parecen haber sido sacadas directamente de 'Ponyo al Borde del Acantilado' (de Miyazaki). Pero ¡no engañarse!, sigue siendo una gran metrópoli en la que se combinan estos rincones tranquilos, templos en medio del bosque y estructuras espectaculares com la propia estación de Kyoto.
Lo que ven en la siguiente foto:

es el opíparo desayuno que nos comíamos todos los días en el hotel (buffet incluído en el precio, coff, coff). La taza contenía agua (pensé que era un te verde aguado... me equivoqué), el pocillo arroz con ingredientes de sopa (que sabía yo, al día siguiente sí fue con sopa), el plato bolas de carne, pescado ahumado, una vienesa, chochlo, huevo, a lo que siguió los otros días una gama de cosas que nunca pude saber como se llamaban.
Luego del opíparo desayuno tomamos el bus para ver la, sin lugar a dudas, mayor atracción de Kyoto: sus templos.

Los buses tienen paradas definidas y paran bastante precisos a la hora que está anunciada en el paradero. Con un pase diaro comprado en el TIC (Tourist Information Center) de la Kyoto Station podíamos andar por todas las líneas de buses sin pagar extra. Una pantalla LED y una voz en japonés e inglés solían anunciar la siguiente parada.
Nuestro primer objetivo era el Pabellón Dorado. Entrando ahí y de camino para allá nos llamó la atención la cantidad de verde y lo bien cuidadas que estaban las cosas. Un subtemplo cerca de la entrada del Pabellón Dorado fue el preámbulo para lo que iba a ser común en todos los demás templos: una gran variedad de subtemplos se encuentran dentro de cada recinto, muchas veces ni siquiera pertenencientes a la misma religión. Acá una foto del suibtemplo:

Pasado ele subtemplo nos encontramos con la hermosa laguna que le sirve de marco al templo dorado. Era increíble, podías caminar 10 pasos y sacar una foto digna de una postal:

Y finalmente el majestuoso Pabellón DORADO no amarillo, DORADO.

Y por supuesto una foto con servidor para demostrar que ESTUVE AHÍ :D

Caminando cerca del templo nos encontramos con una piedra con un Buda tallado al cual la gente lanzaba monedas para pedir algún deseo. Yo le traté de apuntar al cuenco pidiendo por la dominación mundial de Gael-sama, pero al parecer Buda es un tipo un tanto celoso de las veneraciones, así que me hizo fallar haciendo que incurriera en las iras de Gael-sama, si bien al otro día me reinvindiqué....
Acá la foto:

Saliendo casi del recinto había una especie de mercadillo donde vendían dulces y souvenirs. Ahí se me ve caminando con un par de souvenirs en la mano. (Que sí! que he comprado! que paren!)

Y esa escalera era la salida:

La siguiente foto es de una calle cualquiera de Kyoto. Esa corresponde al camino entre el Pabellón Dorado y el Templo Ryoan (Ryoan-ji).

Muchas de las calles no-céntricas tienen ese aspecto. Es agradable ver como Incluso en calles no muy importantes los dueños de los restoranes se preocupaban de darle cada uno su 'toque' particular.

Y llegamos al Ryoan-ji (ji quiere decir 'templo')

La entrada, aquel especie de techo (muy trabajado son típicas de los templos budistas). Nuevamente el verde y la preocupación por los detalles se veían por todas partes. Noten el cuidadoso tallado del techo.

Y como en el caso del Pabellon Dorado, una laguna estaba cerca del templo. Nuevamente muy bonita.

Y acá se ve a Droopy-kun persiguiendo una colegiala

La atracción principal de templo era este jardín de rocas

No muy impresionante, pero llamaba a la relajación y a tratar de desentrañar las preguntas del universo (que la respuesta es 42)
Los paneles que separaban las habitaciones del templo estaban casi todos pintados. O era un decomural mu weno ;-)

Y en todas las laguna habían pecesitos.

Ahí una todo mía al lado de un Buda. El paragua es porque o llovió o chispeó casi todo el tiempo, pero la temperatura estaba sobre 20C, por lo que frío no pasé....

Y ahhh, algo muy raro que también vimos en casi todos lados. Lo que ven ahí es un Mauricio. Y sobre el Mauricio, un torii, que es la típica entrada a un templo Sintoísta.
En Japón, ambas religiones están bastante juntas pero no revueltas, lo cual se nota en sus costumbres y sobre todo, en sus templos donde sus objetos de culto se mezcan en el mismo recinto.
Y nuestra siguiente parada fue el Nijo Castle, una impresionante estructura que servía como vivienda y cede de gobierno al Shogún.
Acá unas fotitos de algunos de sus pórticos:




Los pórticos estaban finamente trabajados y tenían unos sobre relieves de dragones que casi llegaban a ser esculturas.

No era muy común en la calle, pero si en los templos, encontrar personas (sobre todo mujeres), vestidas con kimonos (yukatas, o kimonos de verano, seguramente)

No se podían sacar fotos dentro del castillo, pero una de las cosas interesantes de las que me acuerdo es que tenían un tipo especial de piso de madera, llamado 'ruiseñor' que sonaba y crujía a cada paso evitando algún extraño entrara sin ser advertido.
La siguiente foto es de uno de los jardines interiores del castillo. No vivía mal el Shogun, eh?

Adentro del recinto del castillo estaba el Palacio Ninomaru, protegido por un foso y altas murallas, como se ven en las fotos.


La siguiente es la calle Shijo, no muy impresionante de día pero llena de comercio y vida nocturna en la noche.

En unos del los restoranes de esa calle tuve mi 'Experiencia Exótica del Día': comí anguila (unagui)

En realidad no fue tan exótico. Sabía parecido al congrio.
Nos tincó el local por el aspecto de samurai desaliñado del mozo y de chica de fan service de la chica que lo ayudaba.
Acá una foto del restaurante por fuera

Y lo último que visitamos fue el Santuario de Yasaka, donde en alguna época del año se celebra el 'Festival de Gion'. Uno de los más impotartantes de la ciudad.

Dentro del santuario había MONTONES, pero MONTONES de templos.

Y bonitos caminos como:

Recuerdan la calle Shuo? Una callejuela perpendicular a ella está llena de restaurantes y gente:

Finalmente, cansados de tanto caminar nos fuimos a intercambiar opiniones y experiencias en un Irish Pub, frecuentado por gainjins (extranjeros como nosotro). Ahí conocimos a Michelle y Michael, una pareja de irlandeses en luna de miel. Un saludos para ellos!!, fueron muy simpáticos.

Cansado de tanto ajetreo finalmente nos fuimos a dormir.
Pero antes de eso nos dimos una vuelta por la Kyoto Station:

Le tengo video si quiere, caserito.

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